lunes, 26 de marzo de 2018

Alex Chilton, "I wish I could meet Elvis"


Me gustaría poder conocer a Elvis/ y hablar con él por un rato

Y yo confieso que mi deseo alguna vez fue conocer a Alex Chilton, o al menos poder hablar con él un rato. Supongo que nunca estuve más cerca de hacerlo como cuando me senté a charlar largo y tendido con Ken Stringfellow, en un bar de Palermo, antes de que tocase en La Trastienda como soporte de Super Ratones. Sí, el hombre que es la mitad de Posies y también supo integrar REM y --especialmente-- el regreso de Big Star estuvo en Buenos Aires para tocar con la banda marplatense. Habían pegado buena onda durante un viaje por Europa y se lo trajeron, un lujazo que nos regalaron. Stringfellow es un tipo con buen rock y cero pose de estrella, algo que constataron los amigos uruguayos (ya que el viaje tuvo su escala en Montevideo), y confirmó de la mejor manera cuando terminó todo en La Trastienda pero él atajó en la calle al público que se retiraba con una acústica, rodeado por los discos que se había traído para vender, tocando lo más cerca de una-que-sepamos-todos que tenía en su repertorio. Mi pedido fue The ballad of El Goodo. Fue un fogonazo. Algo inolvidable. Pero lo que tampoco me voy a olvidar jamás fue que hacia el final de nuestra larga entrevista --nunca la desgrabé ni mucho menos la escribí, a nadie le interesaba demasiado una nota con un tal Stringfellow que ya habría tocado y partido para cuando la escribiese-- el buen Ken mencionó a Alex Chilton. En realidad se lo debo haber preguntado yo, pero él respondió con la mayor naturalidad del mundo que hablaba diariamente con el, y a mi me brillaron los ojos. Creo recordar que contó que había terminado ocupándose de todo lo relacionado a la producción de los shows de Big Star, lo que incluía la prensa de Alex. No pude evitar preguntarle si era posible, entonces, entrevistarlo. Se rió y me dijo que Alex estaba de buen humor últimamente, pero no para tanto. No le gustaban las entrevistas. Pero habria nuevos shows, y también notas por hacer, asi que ¿quién sabe? Le dije que lo trajese para Buenos Aires, y me dijo que no era mala idea, que a Alex le gustaría venir. No hablamos de nada preciso al respecto, o al menos no lo recuerdo ahora, pero yo me fui de esa charla pensando que estábamos un poco más cerca de Chilton. Y era mi turno de decir ¿quién sabe?, tal vez Big Star alguna vez llegase a tocar por acá. Creo que fue por eso que al año siguiente, cuando se supo la noticia de su muerte, me puse tan triste. Porque, luego de aquella charla con Stringfellow, en algún lugar extraño de mi mente había pensado que era realmente posible que Alex Chilton llegase a tocar alguna vez en Buenos Aires. Y esa puerta ahora se había cerrado para siempre, aún cuando quizás jamás estuvo ni siquiera un poco entreabierta. Pero lo que sí podemos hacer es dejar sonar a Chilton en Buenos Aires, o donde sea que hagan play sobre el último Música Cretina, el primero del año todavía. Y esperen hasta que llegué el final del Lado A, y entre Secos & Molhados y Barao Vermelho aparezca el mas mojado que seco y sin dudas gran barón Alex, con un tema de la reciente reedición --o primera edición como corresponde-- de aquellas cintas que grabó queriendo ser solista pero por entonces no lo dejaban. Desde 1970, canta Chilton, el que quiso charlar con Elvis, y saber qué era lo que había detrás de su sonrisa torcida.

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