miércoles, 28 de marzo de 2018

Secos & Molhados, "Sangue latino"


Los vientos del norte/ no mueven molinos

Creo que conocí a los Secos & Molhados --cuándo no-- en Piso 93. Fue en el programa dedicado al aniversario de Hiroshima, el mismo por el cual terminamos mencionados al día siguiente en los diarios, una anécdota que es central para la larga evocación con la que termina el librito La vida es otra cosa: los poemas de Piso 93. Pero no me refiero acá a eso, sino a Rosa de Hiroshima, el tema que incluyó el Rafa en la lista del programa, y que me hizo parar la oreja. El paso siguiente fue recurrir a Rosso, y en Tabú conseguí un compilado medio berreton pero efectivo --hasta incluía las letras-- llamado Juntos, que intercalaba temas de Secos & Molhados y el primer Ney Matogrosso solista, pero donde se destacaban claramente los temas impares, que eran los que correspondian al grupo. Así que cuando muchos años (¡décadas!) después, otra vez en la Bond Street pero ahora en Anthology Discos, encontré una ciudada reedición del debut de Secos & Molhados, a pesar de que estaba algo salado y ya tenía la mayoría de los temas, no pude evitar comprarlo. Es el que se puede ver en la foto, y el que suena en el último no-programa entre Viglietti y Alex Chilton, divinamente cretinos todos. Los invito a hacer play en este mediodía de miércoles, antes de rajarse a donde se rajen todos, tan santos que somos. Pero también les pido que vayan y hagan play en el video del tema que acabo de encontrar en YouTube, que explica todo lo que era Ney y los Secos de una manera que es imposible de hacer en estas lineas. Hay que mirarlo una y otra vez, y más antes de semana santa, tanto secos como mojados. Y recuerden todos: Juré mentiras/ y sigo solo, y Lo que me importa/ es no estar vencido. Buen fin de semana santo y cretino (y viceversa) para todos.    

martes, 27 de marzo de 2018

Iggy Pop, "Tonight"


Todo va a estar bien/ esta noche

Uno de mis placeres culpables siempre fue el disco que para muchos, incluso para su autor, es el peor disco de Bowie. A pesar de todas las críticas, muchas de ellas contundentes (otras menos: para Bowie los temas eran buenos individualmente, pero el album era malo), siempre atesoré mi cassette de Tonight. Porque me lo compré en cassette, eran esos tiempos, y me encantaba también la imagen de Bowie en la portada. Tal vez porque fue mi primer Bowie, porque no era ese Let's dance que me parecia demasiado para pista de baile, o porque ese reggae lavado me caía mejor que Chic. O tal vez porque compartía lo que decía David, my man: que los temas individualmente se la bancaban (no todos, hay que aceptarlo). Pero Tonight siempre me gustó, por Tina, seguro. Y por esa leve promesa, tan leve como ese reggae, como las mentiras piadosas, de que todo iba a estar bien. Lo que no sabía --tal vez porque al ser un placer culpable nunca quise ahondar en el asunto-- era que en realidad ese Tonight del disco de Bowie era un cover de Lust for life, el disco de Iggy Pop. Lo descubrí al escuchar la versión invitando al baile casi al final del primer disco del extraordinario doble en vivo de este Pop crepuscular pero no tanto, para el que recupera ese prólogo que Bowie extirpó de su versión. En esa estrofa se confirma que yo no estaba tan errado al percibir que esas promesas de la versión de Bowie no eran muy firmes: Pop explica que le habla al oido a una amiga a punto de morir de sobredosis. Leo por ahí que Bowie explicó que eso no era parte de su universo, y que no le quería imponer tampoco a Tina esa historia, por eso lo sacó. Teniendo en cuenta el personaje de la Turner en Tommy, y también la larga y excesiva vida de David, lo mas seguro era que en realidad, para ese closetero Bowie --y esa Tina-- de 80, esa imagen mejor dejarla en el ropero. Pero qué bien que suena ese prólogo y ese baile posterior en doble en vivo de Iggy Pop, y también para esta hermosa a tarde soleada de martes. Y ni que hablar cerrando con baile a full un no-programa del que podríamos seguir y seguir hablando aunque el próximo esté a punto de llegar...

lunes, 26 de marzo de 2018

Alex Chilton, "I wish I could meet Elvis"


Me gustaría poder conocer a Elvis/ y hablar con él por un rato

Y yo confieso que mi deseo alguna vez fue conocer a Alex Chilton, o al menos poder hablar con él un rato. Supongo que nunca estuve más cerca de hacerlo como cuando me senté a charlar largo y tendido con Ken Stringfellow, en un bar de Palermo, antes de que tocase en La Trastienda como soporte de Super Ratones. Sí, el hombre que es la mitad de Posies y también supo integrar REM y --especialmente-- el regreso de Big Star estuvo en Buenos Aires para tocar con la banda marplatense. Habían pegado buena onda durante un viaje por Europa y se lo trajeron, un lujazo que nos regalaron. Stringfellow es un tipo con buen rock y cero pose de estrella, algo que constataron los amigos uruguayos (ya que el viaje tuvo su escala en Montevideo), y confirmó de la mejor manera cuando terminó todo en La Trastienda pero él atajó en la calle al público que se retiraba con una acústica, rodeado por los discos que se había traído para vender, tocando lo más cerca de una-que-sepamos-todos que tenía en su repertorio. Mi pedido fue The ballad of El Goodo. Fue un fogonazo. Algo inolvidable. Pero lo que tampoco me voy a olvidar jamás fue que hacia el final de nuestra larga entrevista --nunca la desgrabé ni mucho menos la escribí, a nadie le interesaba demasiado una nota con un tal Stringfellow que ya habría tocado y partido para cuando la escribiese-- el buen Ken mencionó a Alex Chilton. En realidad se lo debo haber preguntado yo, pero él respondió con la mayor naturalidad del mundo que hablaba diariamente con el, y a mi me brillaron los ojos. Creo recordar que contó que había terminado ocupándose de todo lo relacionado a la producción de los shows de Big Star, lo que incluía la prensa de Alex. No pude evitar preguntarle si era posible, entonces, entrevistarlo. Se rió y me dijo que Alex estaba de buen humor últimamente, pero no para tanto. No le gustaban las entrevistas. Pero habria nuevos shows, y también notas por hacer, asi que ¿quién sabe? Le dije que lo trajese para Buenos Aires, y me dijo que no era mala idea, que a Alex le gustaría venir. No hablamos de nada preciso al respecto, o al menos no lo recuerdo ahora, pero yo me fui de esa charla pensando que estábamos un poco más cerca de Chilton. Y era mi turno de decir ¿quién sabe?, tal vez Big Star alguna vez llegase a tocar por acá. Creo que fue por eso que al año siguiente, cuando se supo la noticia de su muerte, me puse tan triste. Porque, luego de aquella charla con Stringfellow, en algún lugar extraño de mi mente había pensado que era realmente posible que Alex Chilton llegase a tocar alguna vez en Buenos Aires. Y esa puerta ahora se había cerrado para siempre, aún cuando quizás jamás estuvo ni siquiera un poco entreabierta. Pero lo que sí podemos hacer es dejar sonar a Chilton en Buenos Aires, o donde sea que hagan play sobre el último Música Cretina, el primero del año todavía. Y esperen hasta que llegué el final del Lado A, y entre Secos & Molhados y Barao Vermelho aparezca el mas mojado que seco y sin dudas gran barón Alex, con un tema de la reciente reedición --o primera edición como corresponde-- de aquellas cintas que grabó queriendo ser solista pero por entonces no lo dejaban. Desde 1970, canta Chilton, el que quiso charlar con Elvis, y saber qué era lo que había detrás de su sonrisa torcida.

domingo, 25 de marzo de 2018

Música Cretina 2018 #1

ESTO NO ES UN PROGRAMA

18-2-2018

Lado A

"Lo que me importa/ es no estar vencido"

1.- Billy Bragg, From red to blue
2.- Tim Maia, Gostava tanto de voce
3.- Erlend Oye, No train to Stockolm (Lee Hazlewood)
4.- Yo La Tengo, Paul is dead
5.- Black Grape, Shake your Money
6.- Daniel Viglietti, Gurisito
7.- Secos & Molhados, Sangue latino
8.- Alex Chilton, I wish I could meet Elvis
9.- Barao Vermelho, Posando de star

Lado B

"Cuidate de los extraños/ golpeando a tu puerta"

10.- Crooked Fingers, Weary arms
11.- Erasmo Carlos, Noturno carioca
12.- Caetano Veloso, Dreamland (Joni Mitchell)
13.- Wendy Rene, I wish I were that girl
14.- Portastatic, Clareana (Joyce)
15.- Samuel Rosa & Lo Borges, Feira Moderna (Beto Guedes)
16.- Iggy Pop, Tonight

jueves, 1 de marzo de 2018

Adiós muchachxs

Al promediar su show despedida de Buenos Aires, Patti Smith habla. Sabe como tontear, saludar a los que están viendo el show en la pantalla que se instaló afuera, para que quienes se acercaron sin entrada pudiesen verla. Es una profesional: lo hace para que sus músicos tengan tiempo de afinar, cambiar de instrumento, pedir que suban el retorno, cosas así. Ellos se ponen a punto, ella habla. Y dice entonces que con Tony Shanahan pasaron cinco días hermosos en Buenos Aires. Mañana se van a ir, volver a casa, a una Nueva York congelada. Pero antes quieren dejarle un regalo a toda la gente que se ocupó de ellos, dice, y empieza una enumeración que culmina en algún momento con Patti mencionando al Ministro de Cultura. La sala se llena de abucheos, al punto que ella se siente en la obligación de decir algo. “En mi pais no hay un solo integrante del gobierno que se quiera reunir conmigo”, dice encogiéndose de hombros. “Bueno, tal vez no era el Ministro de Cultura, tal vez fue alguien en su nombre. Pero fue muy amable conmigo”, dice con una sonrisa, y pasa a elogiar el CCK, sus salas, y su gratuidad. Y una vez que le ganó a los abucheos, vuelve a insistir con que tienen un regalo para todos los que les hicieron pasar unos días tan bonitos, y arranca con Perfect day, el tema de Lou Reed, sin anunciarlo. Tony y ella se ríen para sí mismos apenas comienzan. Saben que es una canción mortuoria, pero reconvertida a una tarjeta de felicitación inocente y literal. Es una versión hermosa, y uno de los puntos altos del segundo show de Patti en esta visita porteña. Al ser anunciado como un show musical, despierta mas expectativa, y al mismo tiempo desnuda algunas limitaciones. El día anterior, el recorrido musical que hicieron ella y Tony, que se conocen de memoria, sonó mucho mas ajustado. Esta vez la cosa es mucho mas previsible. Arrancan, por ejemplo, con Wing y My Blackean Years, dos temas que ya sonaron en estos días. Dancing Barefoot no, pero el órgano que preside el escenario casi ni suena por los parlantes y nadie parece darse cuenta. No hay batería, además, y se nota. El delicioso For What It’s Worth de Buffallo Springield es un estreno, Patti dice que nunca lo cantó antes sobre un escenario. Explica que lo quiere cantar con Tony a su regreso a Nueva York, en un recital en apoyo a los estudiantes pidiendo el control de armas en los Estados Unidos. Dice que nos va a usar para ensayarlo. Esta nerviosa, y ya sabemos lo que pasa cuando está nerviosa: el mundo lo vio en la entrega del Nobel. Se equivoca en el primer estribillo, hay que admitir que es tramposo y difícil de cantar, y todos la aplaudimos cuando pide perdón y después no se equivoca mas. Con Beneath The Southern Cross viene el primer gran momento de la noche, son sólo ella en acústica, Tony en bajo y Jimmy Rip en guitarra eléctrica (¿se lo habrá recomendado Verlaine?), y la feroz dicción del tema se convierte en rezo. Patti lo sabe y alarga el Groove final, termina la canción levantando a su público, mostrando el pañuelo verde en su puño, y la sala estalla. Pero la banda no se conoce tanto, y A-hard rain’s a-gonna fall no suena tan profética y ominosa como el día anterior, apenas correcta. Impecable nomás. Con el cierre con Because the night va a suceder lo mismo, es una canción que promete --¡es Because the night!-- pero cuando no entrega, la decepción es inevitable. Patti se da cuenta, pide que la gente cante, pero el climax no llega. O no llega como se merece la canción y como promete. People have the power tal vez sea un tema impropio de Patti, directo y simplón, como el Dar es dar de Páez, ponele. Pero rinde como bis, no hay nada que hacerle. Aunque el punto mas alto de la noche es Pissing in the river, otra vez Pissing. Suena entre Perfect Day y Because, y Patti ni abre la boca antes de cantarla. Pienso que es imposible que haga una versión mejor que la del miércoles, y ahí está, es Patti Smith y sus secuaces, la de ayer fue apenas un ensayo, esta corta aún más hasta el hueso. No hay dudas, es la canción que mejor le queda. Brilla, estalla con una intensidad que emociona. Otra vez emociona. Al punto de que saca el micrófono del pie con un solo movimiento, pasa por entre los monitores, y se manda casi hasta la gente, sin dejar de cantar. De pronto mueve la cabeza a un costado, y escupe. Patti Smith escupe, y ese gesto me resulta tan bello que me quedo con él. ¿Bello por que? No lo se, tal vez por rocker, por punk. Supongo que no lo hizo por eso, que solo tiene tos, y simplemente se aclaro la garganta de la manera más directa y simple como para poder seguir cantando. Pero eso también es rock, qué joder.