martes, 27 de diciembre de 2016

Ben Waters c/PJ Harvey, "Lonely avenue" (Doc Pomus)


Mi cuarto tiene dos ventanas/ pero la luz del sol nunca pasa a través de ellas

Aunque me fui de vacaciones sin dejar listo un nuevo Musica Cretina, supongo que ya todos sabrán que quedó un no-programa navideño disponible para escuchar. Se trata del primer rescate de esta temporada estival, cinco años añejo, pero tan actual como todo lo que parece estar regresando en este año en el que no parece haber término medio, ya que todo parece volver amenazante o sino irse tristemente para siempre. Tanto entre amenazas como tristezas, lo que por suerte nunca falta es buena música, y los clásicos son clásicos porque están hechos de lo mejor. Y uno de los mejores siempre fue un tal Jerome Solon Felder, mas conocido como Doc Pomus, autor de una buena lista de clásicos inmortales como este Lonely avenue, que supo ser éxito para Ray Charles alla por los años 50. Supe de la existencia del buen Pomus gracias a un álbum homenaje que apareció a mediados de los 90, por el que pasaban los sospechosos habituales, como The Band, Los Lobos o Bob Dylan, nada menos. Con esos tres nombres ya queda claro que el album es un discazo, pero lo que lo hacia realmente atípico es que había algunos sapos de otro pozo –de otro pozo que el del country & blues, quiero decir– como Brian Wilson o nada menos que Lou Reed. Till the night is gone: A tribute to Doc Pomus es una de las gemas de mi discoteca desde entonces, no solo por los temas y sus intérpretes, sino porque viene acompañado de un gran librillo interno lleno de testimonios recorriendo la increíble vida del Doc. Quienes quieran saber mas –o acompañarme en el sentimiento– pueden conseguirse el homenaje, buscar la biografía (gracias Verdesio por conseguirmela, no me la traje de vacaciones pero me espera en casa) o también el documental que da vueltas por ahí, estos dos últimos –libro y película– bautizados con el título de esta, su canción insignia, su primer éxito como compositor, su himno de la Avenida Soledad. Una ruta  que conoce muy bien P J Harvey, que le pone voz a esta mugrienta versión, incluida en otro disquito homenaje, en este caso a Ian Stewart, aquel legendario pianista inicial de los Stones devenido en road manager porque no encajaba en la imagen del grupo, pero que ofició de guardian de su espíritu blusero desde las sombras (y que, ahora que lo pienso, desde estar revolcándose de placer en su tumba, escuchando el nuevo disco de sus chicos). El responsable de ese disco –titulado Boogie 4 Stu-- es otro pianista, Ben Waters, que pudo sumar a P J porque la nativa de Yeovil creció escuchando la colección de discos del buen Stu, un gran amigo de sus padres. De hecho, esta versión de Lonely avenue fue grabada en el living de su casa paterna, ya que allí se encuentra nada menos que el piano del mismísimo Ian Stewart. Y después de toda esta sarta de minucias y casualidades, no hay nada minimo ni casual en hacer play y dejar sonar ese himno que anuncia que podríamos llorar, y llorar y llorar. La Avenida Soledad nos espera, después de todo. Aunque no seamos pocos los que deambulemos por ahí, a apenas una semana de que este 2016 se vaya para no volver. Una espera que se puede hacer mas sencilla cliqueando en el link de la columna de aca al lado, dejando sonar enterito el no-programa de esta navidad y fin de año, rescatado y tan actual, como les dije antes. Volver, ya saben, o irse para siempre. 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Randy Newman, "Short people"


La gente pequeña/ no tiene nadie para amar

Sucedió años atrás en un hotel porteño, no me acuerdo en cual. Apenas terminamos la nota, el entrevistado se acercó al piano para las fotos de rigor. “Es la única ventaja de salir de gira promocional de una película como autor de la banda de sonido”, bromeó. “Te dan la habitación mas grande, porque tiene que haber lugar para un piano”. Acto seguido, Randy Newman se acomodó ante las teclas, se olvidó del fotógrafo, y me preguntó con una sonrisa generosa: “¿Qué tema querés que toque?” Nunca me voy a olvidar de ese momento. Por entonces había encontrado un lugar escribiendo de cine en la sección espectáculos de Pagina12, una época en que los críticos –digamos- “serios” aun no habían prestado atención a la revolución creativa que estaba explotando dentro del ámbito de los dibujos animados. Mientras tanto, yo estaba disfrutando como loco con las maravillas que estaban empezando a asomar, especialmente gracias al trabajo de la gente de Pixar, con John Lassiter a la cabeza. Fanatico de Randy Newman, Lassiter lo había contratado para la primer Toy Story, y el atrevimiento había pagado con creces, especialmente con un clásico instantáneo como You’ve got a friend in me. Para la segunda parte, gracias al éxito asegurado después del bombazo de la primera, el capo del estudio de San Francisco se estaba dando algunos lujos, como el de traer con él nada menos que al buen Randy de gira promocional por América Latina. Una forma, también, de seguir candidateándolo al Oscar, para el que ya era un ternado vitalicio, pero aún sin ninguna estatuita en casa. La pasamos muy bien con Randy en la nota, ya que en su maratón de entrevistas ante cronistas de cine era apenas una curiosidad que venia incluida en el paquete, por lo que nadie tenía mucha idea de quien era, y solo le preguntaban por Woody y Buzz. Cuando se dio cuenta que estaba ante alguien que tenia idea de quien era mas alla de Pixar, se animo y contesto todas las preguntas con muchas ganas, y mas también. Hablamos de su último disco por entonces, Bad Love, y también contó de su maldición con el Oscar, de su pésima intuición para los éxitos, de algún cruce que tuvo con Mark Knopfler como productor, de canciones como Political science, y hasta de Karl Mark, entre tantas otras cosas. Por eso, cuando se sento al piano, me pregunto con una sonrisa que tema quería escuchar. Porque estaba cansado de que le pidieran You’ve got a friend in me. Asi que me regaló Short people, que fue mi pedido, y durante cada segundo que Randy Newman lo tocó para mi –y para el fotógrafo—sentí que estaba en el cielo de los fans. Y desde ese cielo es que vuelve a sonar este clásico Cretino, que habla de gente pequeña con vocecitas pequeñas y pensamientos pequeños, y no esta hablando de los petisos. Sino de gente como los que hoy renuncian y también asumen, tipos pequeñísimos, basuritas. Gente chiquita/ que no tiene razones para vivir, como canta Randy y cantamos todos, desde el Música Cretina rescatado para esta navidad y fin de año que aún sigue esperando que hagan play en el link de aca al costado y suene completo, mas alla de pequeñeces, miserables y amarretes.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Gruff Rhys, "Post-apocalypse christmas"


Lamemos nuestras heridas/ para saciar el hambre

Así arranca el nuevo Musica Cretina de navidad, que en realidad no es nuevo, sino que es el primer rescate de esta temporada verano 16/17. Pero es que hace bastante que los tengo abandonados, mis Cretinos, y temí que esto continuase así indefinidamente, por lo que decidí que era mejor inaugurar de una vez la época de liquidaciones y rebajas cretinas. Este rescate estival de viejos exitos --o no-exitos, para ser consecuentes-- arranca con un no-programa de navidad, de la época en la que todavía salíamos al aire por FM La Tribu, ya lo escucharán quienes se permitan hacer play en el Mixcloud. El arranque esta a cargo del líder de los Super Furry Animals, desde un EP anti navideño, de título irrreprochable: Navidades ateas. Es la primera navidad después del apocalipsis/ la navidad del post apocalipsis, canta Rhys, y cantamos todos con el, por supuesto. Ya era hora.