miércoles, 30 de marzo de 2016

Victoria Williams c/Dave Pirner, "My ally"


No nos importa quién es dueño de quién/ vos no sos mi dueño, yo no soy el tuyo

Todos conocimos a Victoria Williams cuando los mejores de los 90 hicieron fila para hacer un disco en su homenaje, para ayudarla con su enfermedad, la esclerosis múltiple. El disco se llamó Sweet Relief, y fue el primero de su tipo. Después hubo otros, recuerdo uno para Vic Chesnutt, por ejemplo. Pero lo que más impresionaba del de la Williams era que generaba un uno-dos contundente, que te dejaba nocaut. El primer golpe era la lista de los invitados, que iba desde Pearl Jam hasta Lou Reed, pasando por Evan Dando, Matthew Sweet, Buffallo Tom, Jayhawks, Waterboys, Maria McKee, Giant Sand o Michelle Shocked. Estaban todos, no faltaba nadie: los heroes de siempre, los grupos del momento, mis nuevos héroes privados, todos decían presente. Pero el segundo golpe, el que te hacía besar la lona, era que las canciones que estos pibes se turnaban para hacer eran todas impresionantes. ¿De dónde habían salido? ¿Cómo era que no las conocíamos? ¿Quién era esta Victoria Williams? Por eso es que cuando al año siguiente apareció su nuevo disco, nadie tuvo que recomendármelo, lo puse primero en la lista. Y desde entonces está entre los tesoros de mi discoteca. Se llama Loose, que puede traducirse como suelto o descansado. Para mi siempre tuvo dos portadas, que explican su título --y su artista-- cabalmente. En la tapa propiamente dicha hay una foto de un perro sacando la cabeza por la ventanilla, en una imagen tomada desde un espejo retrovisor. Y el libro interno esta ilustrado por un par de zapatillas llenas de barro seco. Mugrientos y al viento, eso fue la generación grunge, o al menos lo mejor de ella. Loose es un disco que tiene, por ejemplo, la version de la Williams de ese temazo que había estelarizado el homenaje, Crazy Mary, interpretado entones por Pearl Jam. Pero para mi el tema de Loose siempre fue esta hermosura, que compuso con Dave Pirner, el cantante de Soul Asylum, una de las bandas que se sacó por un momento la sortija de la fama y supieron ser --a su pesar-- estampitas de su generación. Hace poco leí que volvieron con un nuevo disco, pero que el único integrante original que queda es el bueno de Pirner. Podría habérmelo imaginado. Tuve la suerte de charlar con él después del show que dieron en Vélez, la tarde en que el público de Inxs echó a Los 7 Delfines del escenario, haciéndoles el gestito de que se fueran con la mano acompañando al tema Dale Salida. Internet me recuerda que eso sucedió en marzo del 1994, justamente el año en que salió Loose. Hicimos una entrevista corta para el Suple No, casi de compromiso, pero Pirner me cayó bien, me pareció un copado, un tipo que en ese momento salía con Winona Ryder y que me decía que no tenía casa, que como estaba de gira permanente con el grupo, aprovechando el momento, todas sus cosas estaban esperándolo en un depósito, algo que recuerdo que me impresionó. Otra fotografía con la que completar el retrato de una generación. Me cayó mejor todavía cuando lo descubrí después en el disco de la Williams --no fue una sorpresa, Soul Asylum abrió el Sweet Relief con otro temazo de ella, Summer of drugs--, cantando en esta belleza de tema, una anti canción de amor deliciosa, a dos voces, que arrancan diciendo No, no hicimos el amor apasionadamente/ ni siquiera nos besamos y abrazamos. Victoria cuenta en las liner notes del disco, y tambien lo repite en este delicioso video que encontré en You Tube, que Dave se apareció por el estudio para cantar en un tema y terminaron componiendo juntos este Mi aliado. Que suena ahí, bien en la mitad del Lado A del nuevo Música Cretina. Y también puede alegrar esta mañana de martes, acompañando un sol matinal que ya mas bien es primaveral que de otoño. No se qué andará haciendo Victoria en el último tiempo, se que con los años siguió sacando discos, que se fueron sumando en el estante. Confieso que me alivié recién, cuando googleé su nombre, y en Wikipedia sólo aparecía su fecha de nacimiento. Espero que sigas por ahí, Vic, con tus zapatillas llenas de barro seco, y un perro en el asiento de atrás, sacando la cabeza por la ventanilla. Seguimos siendo aliados, claro que sí. Sino qué sentido tiene todo esto.

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