domingo, 30 de noviembre de 2014

Mostruo!, "El futuro"


Sencillo y claro/ es el silencio

Mediodía de domingo gris en Uruguay, y la gente está votando. Como decía el Tata Cedrón, a veces parece que llueve despacito, lentamente, y para toda la vida. Gelmanianamente, digamos. Así es como llueve hoy en Montevideo, y así es como suena también este blues del nuevo disco de Mostruo!, una banda platense que ahora que sus integrantes ya llevan una década juntos, suenan mejor que nunca. Los conocí apenas salieron a través de su baterista, Luciano Mutinelli, con el que nos habíamos hecho amigos en los comienzos de Estelares, donde arrancó tocando la batería. El Luli me pasó un cassette con el que luego terminaría siendo el segundo disco de Estelares durante un Festival de Mar del Plata, uno de esos deprimentes y en decadencia, hacia el final de la gestión Mahárbiz. Nunca me voy a olvidar, trabajando alejado de todos, escuchando eso de la ventana daba al mar/ ahora hay tormenta de arena. El Luli, además, me regaló una de las mejores anécdotas que alguien me relató respecto a Piso 93, el programa que hacíamos con el Rafa Hernández, pero eso ya es otra historia y queda para otro día, otro post. Cuando Luli se fue de Estelares y yo dejé de frecuentar Mar del Plata, le perdí la pista, y lo volví a reencontrar en su nuevo grupo, que cuando presentó su debut en Capital, recuerdo haber pensado que en realidad eran dos grupos en uno. Por un lado las influencias pop y ochentosas de Kubilai, y por el otro el blues setentoso de Lucas Finocchi, que canta el admirable Dios. A imagen y semejanza de ese tema es que parece haber nacido este flamante El futuro, que engalana un álbum de madurez y para el que el grupo, finalmente, y a juzgar de lo que vi en Pura Vida el mes pasado, finalmente aparece como un grupo solo, hecho y derecho. Demasiado viejos para el indie, demasiado jóvenes para ser clásicos. Que sea rock, entonces. Por eso suenan bajo la lluvia, y en el lado B del ultimo Música Cretina, que ya parece estar disparando sus últimos cartuchos.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Música Cretina 2014 #18

ESTO NO ES UN PROGRAMA

15-11-2014

Lado A

“Yo ando loco/ por contarte mi locura”

1.- Bruce Springsteen, Mary Mary
2.- El Canijo de Jerez c/Nita, Gladiadores emplumados
3.- The Robert Cray Band, Your good thing (is about to come to an end)
4.- Ramona Cordova, Ballroom
5.- Las Armas Bs. As., El rey de las antenas
6.- Harry Dean Stanton, Hands on the Wheel (Willie Nelson)
7.- Daniel Melingo, Sin luna

Lado B

“Sin ruido/ así empieza el futuro”

8.- Ernie Graham, So lonely
9.- Tom Ze c/Trupe Chá de Boldo, A quantas anda você?
10.- The Sensations, Oh girl
11.- Mostruo!, El futuro
12.- Naomi Shelton & The Gospel Queens, I don’t know
13.- Mudhoney, Who’ll be the next in line (The Kinks)
14.- Los Bunkers, El necio (Silvio Rodríguez)
15.- Ryan Adams, Aching for more

viernes, 21 de noviembre de 2014

Los Bunkers, "El Necio" (Silvio Rodríguez)


Yo no sé lo que es el destino/ caminando fui lo que fui

Son de Concepción. Rockers chilenos, herederos del lugar que dejaron libre Los Tres. Como ellos, partieron del rock más clásico, de jopo y campera de cuero, para irse abriendo a otras influencias, más contemporáneas y también más propias. Hace un par de años, ya consagrados, instalados en Mexico, el mercado curiosamente casi natural en el que terminan los grupos chilenos que buscan proyección internacional –el eje del pacífico, en contraposición al rioplatense--,  Los Bunkers editaron Música libre, su sexto opus, un extraordinario álbum de covers rockeros de Silvio Rodríguez, que se convirtió –leo por ahí—en el disco más vendido en formato físico durante este siglo en Chile. Al parecer, como sucedió en su momento por aquí en la época del Clandestino de Manu Chao, todos los hogares chilenos con un equipo de música deben tener un ejemplar de Música libre, algo que bien podría haber sucedido de este lado de la cordillera si a alguien se le hubiese ocurrido editarlo. Al menos, al juzgar por la reacción en el auto de regreso de un fin de semana de campo, al poner play con el disco encontrado en una guantera ajena. Cantamos todos los temas hasta cruzar la General Paz, sin prejuicios y sin vergüenza. Después de todo, en las guitarreadas de la época en que Silvio Rodríguez y Pablo Milanés llenaban uno Obras tras otro, sus temas se mezclaban con los de Baglietto o Sui Generis casi sin distinciones. Siempre disfruté más de Silvio que de Pablo, debo confesar. Con el tiempo descubrí que Milanés es como nuestro Motown. Y Silvio, claro, es el gran compositor. Sus canciones, como las de Billy Bragg, son excelsas tanto al momento de confesar las debilidades, como cuando llega el momento de trazar una línea y esgrimir un puño cerrado. Además, las que no envejecen, sonarán actuales para siempre. Para darme un rinconcito en sus altares/ me vienen a convidar a arrepentirme/ me vienen a convidar a que no pierda/ me vienen a convidar a indefinirme/ me vienen a convidar a tanta mierda, la rockean Los Bunkers, y suena como escrito ayer. Acá, bajo la lluvia, a un play de distancia. Y también casi al final del Música Cretina de esta semana, ya en retirada.

jueves, 20 de noviembre de 2014

El Canijo de Jerez, "Gladiadores emplumados"


La noche nos persigue, colega/ comienza la aventura

Se acerca el fin de semana, y se acerca la fiesta. Aunque siempre es posible adelantar el reloj escuchando a un tipo llamado El Canijo de Jerez, digno heredero de Kiko Veneno. Pero el primero, el que se limpiaba el culo con papel de celofán, como cantaba en su tema Los Delincuentes, de ese aleph del rock gitano que es el disco Veneno, que Kiko hizo con los hermanos Amador, luego Pata Negra. El Canijo formó un grupo llamado Los Delinquentes, justamente, en honor a esa canción y ese sonido, a esa marcha, a ese espíritu. Y la rompieron. A pesar de la prematura muerte de su amigo Migue, compañero de ruta desde su adolescencia, El Canijo junto al Ratón siguieron sacando discos. Se electrificaron y al final hasta tocaron junto a Julieta Venegas y Los Auténticos Decadentes, en su afán de hacer las Américas, algo que nunca sucedió. Y eso que Muchachito Bombo Infierno les dijo una y otra vez que se vinieran a probar suerte a Buenos Aires. Todo eso me contó El Canijo cuando me atendió el teléfono en el patio de su casa, tocando la guitarrista luego del almuerzo, para una nota que publiqué en Radar con la excusa de la edición local de uno de sus discos, anticipo de una supuesta visita que nunca se concretó. Después de esa nota y ese disco, El Canijo se hizo solista, y soltó amarras, volviendo a su mejor forma. Gladiadores emplumados es un tema de su flamante segundo disco, bautizado como La lengua chivata. La voz femenina que se escucha hacia el final es la de Nita, del grupo Fuel Fandango. Todo tiene arreglo con papel de celofán, canta El Canijo, haciendo un guiño a su historia y a sus referentes, como diciendo: aquí vamos otra vez. Y en el estribillo repite una frase que resume ese espíritu, y es la que hizo que eligiese este tema frente a tantos tan hermosos y entusiastas que engalanan todo el disco, así la podía poner de epígrafe en el Lado A del Música Cretina de esta semana a la hora de la lista de temas. Yo ando loco por contarte mi locura, asegura El Canijo y sólo nos queda agradecerle. Por la locura y las ganas de contárnosla.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

The Robert Cray Band, "Your good thing (is about to come to an end)"


No tengo que rogarte para que me sostengas/ algún otro lo hará

Un día de lluvia, un blues. Por suerte hay veces que la vida es sencilla. Al menos por un rato. O al menos en un rincón, de esos en donde vale la pena esconderse. Y escuchar, por ejemplo, lo nuevo de Robert Cray. Lo conocimos allá por los 80, cuando por mas que sacudías y sacudías a nadie se le caía un solo de guitarra. Y mucho menos un blues. Aunque los puristas nunca lo quisieron demasiado, ahí está Cray –por ejemplo-- rompiéndola en esa maravilla que es Showdown! (1985), al lado de Albert Collins y Johnny Copeland. Sus discos solistas son mas soul que blues, es cierto, pero a quién le importa. Recuerdo haberlo ido a ver en un Obras con Koko Taylor. Cray se tuvo que bancar las quejas de los fans, que no consideraban que lo que hacía era blues, pero para mi fue lo mejor de la noche. Algo parecido les sucedió a Los Lobos en Huracán, ante los fanáticos –pocos—de Vaughan. Aquella vez César Rosas se arrodilló al costado del escenario para rockearles en el rostro a los puristas, Robertito no fue tan extremo ni tan desafiante. Es cierto, en Huracán no había casi nadie y en cambio el Obras de Koko estaba lleno. Pero alcanzó con que hiciera lo suyo para robarse la velada. En mi discoteca, Strong persuader (1986) y Midnight stroll (1990) –ademas de Showdown!—siempre tendrán un lugar de privilegio. Por lo general, cuando un artista es editado por estos pagos, estamos condenados a que salga cada nuevo trabajo, aún cuando ese artista se haya vuelto intrascendente. No es el caso de Cray, aunque sus discos han dejado de tener edición local porque viene cambiando seguido de discográfica. Este blusacho es de In my soul, su último disco, editado en abril por un sello lamado Provogue, que un par de años atrás también sacó el anterior. Cray es un orgulloso clásico cretino, y así que ahí está, engalanando el Lado A del no-programa de esta semana. Y también sonando en este miércoles de nubes y lluvia.

martes, 18 de noviembre de 2014

Las Armas Bs. As., "El rey de las antenas"


Podes quedarte con las cosas buenas/ yo con las cicatrices en la piel

Temazo. Canción del año. Todo lo que quieran llamarla, y más. Hace días que lo único que suena en la cabeza es este tema de Las Armas Bs. As., power trío platense que para mí –ya se, ya se, todo proyecto es grupal, etc, etc-- es simplemente la nueva encarnación musical de Ramiro García-Morete, alias Mister, alias Miro. Conocí a Miro cuando estaba en su momento salmón, componiendo canciones sin parar con el corazón roto, y hasta jugamos a eso, al salmón, en la primer encarnación de esta nueva temporada de Música Cretina, cuando era un si-programa que salía por La Tribu con producción del amigazo Strass. Miro mandaba una canción por semana, y así como llegaba salía, y siempre era un tesoro encontrado, música abierta al medio, víscera pura, nunca simplemente carne. Pero esa es apenas una nota al pie, lo importante es que lentamente, paso a paso, desde el margen, Miro ha ido construyendo una obra fascinante, llena de gemas en formato canción rocker. Con un pasado chabón al frente de una banda llamada La Colifa, reinventó su carrera cuando empezó a repartir en La Plata cassettes con canciones grabadas en su cuarto, con los instrumentos –y los artefactos de grabación—que tenía a mano. Por eso se hizo conocido como Miro y Su Fabulosa Orquesta de Juguete. Aquellos cassettes fueron la base para un discazo como Los caminos (2010), algo así como el sucesor bastardo de “Nadie sale vivo de aquí”, una obra maestra del rock platense que injustamente casi nadie escuchó más allá de las diagonales. Después hundió más profundamente el cuchillo como Mister en El olor de la sangre (2012), y para cuando llegó el turno de La humanidad (2013), su banda ya no era de juguete, sino que era un supergrupo con músicos como Lautaro Barceló o Juan Artero, entre otros, y verlos en vivo era como estar frente a una mini Rolling Thunder Review. Una gloria. Ahora Ramiro ha buscado refugio en Las Armas Bs. As., y ya no salmonea sino que va al hueso. El Rey de las Antenas es el tema que abre el breve EP con el que se presenta el trío y la verdad que no hace falta más. Si no fui bueno, al menos fui honesto/ Si no fui malo, pude ser mejor, se inmola Ramiro al frente de un grupo con el que baila en su desierto. ¡Y cómo baila! Rock' n' roll y las patas en la fuente. Bola de espejos, mateando en el patio del fondo. La mejor declaración de principios hecha canción ¡y video!, sonando –como corresponde—en el calor de un martes que ya se ha hecho verano, en un nuevo Música Cretina que recién está abriéndose paso.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Ernie Graham, "So lonely"


Yo soy el indicado/ para hacer realidad tus sueños

El que canta es un tal Ernie Graham, del que dicen por ahí que su debut como solista es una de las gemas perdidas del rock de pub inglés de los 70. El buen Graham se revolvería en la tumba si escuchase mi presentación al final del lado B del Música Cretina de esta semana, ya que a pesar de que lo mencioné como  británico en vez de inglés buscando reducir los posibles errores, googleando me entero que el muchacho era irlandés. Lo siento, Ernie. No volverá a suceder. Pero lo que si vuelve una y otra vez es este So lonely, una de las perlitas de un Ernie Graham (1971) recién reeditado, bien Dylan y The Band, a tono con la época. A pesar de que la confianza desplegada por el cantante en el verso final, el que inaugura estas líneas, debería ser contrastada con las primeras líneas del tema (Estoy tan solo/ todos tienen a alguien/ pero yo no tengo a nadie/ ando por las mías) como para saber bien a qué atenerse, Graham suena ideal como comienzo del Lado B del no-programa de esta semana. Y también como comienzo de un lunes que ya muerde el mediodía, así que ya no hay sueños de un eterno finde capaz de hacerse realidad, simplemente ya estamos sueltos por las nuestra en otra semana laboral que no ha hecho más que comenzar.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Bruce Springsteen, "Mary Mary"


Esta ciudad es un secreto compartido/ y desarmado en una canción triste

Domingo de sol y Bruce. Por lo menos, así es como empieza el nuevo, flamante Música Cretina, con un tema del gran Springsteen. Uno que quedó afuera de High hopes por muy poco –según afirma el propio Bruce—pero forma parte de American Beauty, un EP que salió un tiempo después. “Es un misterio encantador, una pequeña pieza de poesía de corazón roto”, explicó su autor, sobre un tema que nunca cuenta su dolor, que es todo prólogo, y todo nombre. Y que sirve para abrir el nuevo Música Cretina a todo trapo. Feliz domingo para todxs. 

viernes, 14 de noviembre de 2014

Daniel Melero, "La sed"


Aquí viene la sed/ el deseo disfrazado de calma

Viernes de primavera, sol y viento, y aquí viene la sed. Ah, el fin de semana al alcance de la mano. Travesti fue el disco que confirmó a Melero como un gran compositor de canciones, por si alguien tenía alguna duda. Es el de Nena mía, Resfriada y, especialmente, Quiero estar entre tus cosas. Y sin embargo, ahí está el título, con el que Melero anunciaba que justamente no se trataba de eso. De hecho, el nombre del disco en la tapa original Melero lo había puesto sobre la foto de Victor Ponieman, que aparece como productor ejecutivo del disco, responsable de Random, el sello donde apareció originalmente. Pero en la reedición desaparece la foto de Ponieman, y hay una suya. Cuando pienso en Melero, pienso en autos, jets, aviones, barcos, pero no en el tema de Seru. Sino en la enumeración que titula aquel tema, que se me apareció mirando por la ventana de su departamento de Libertador, porque justamente eso es lo que se ve, desde ahí arriba, mirando hacia el rio. Creo que fui a visitarlo cuando sacó el disco de solo piano, una suerte de Travesti 2, si esta pret-a-portheory es real. Porque, nuevamente, ahí sus canciones vuelven a ser las protagonistas. Había salido sólo en Chile, cuando la Warner de allá le armó un compilado doble, uno con sus mejores canciones en formato electrónico, el otro solo al piano. Acá no le daban bola, pero por entonces yo trabajaba para Chile así que el disco llegó a mis manos y me entusiasmé. Me recordó el disco blanco de John Cale, otro travesti a-la-Melero, solo al piano pero nunca solo eso. Claro que Cale lo toca –y cómo—, mientras que Daniel necesita a Diego Vainer. Pero la cuestión es que empecé a escribir del disco en los medios a mi alcance, y Melero supo agradecer el gesto cuando terminó saliendo no sólo en Argentina sino también en España, en el sello de los amigos de Zona de Obras, que en su momento también editaron Galope de Suárez y el debut de Estelares, lo más cercano que debo haber estado de tener un sello propio. En Travesti toca la tribu sónica, a los que Melero les dedicó su tiempo y sus producciones. Pero, travesti al fin, no es un disco sónico. Entre tanta canción de amor y de chicas, siempre me gustó este La sed, que juega a ser una referencia nevada, qué duda cabe, pero también vampírica. Es un juego que se verifica por el lugar que ocupa en el disco: entre el ansia de Nena mía y la juguetona literalidad de Resfriada, ni más ni menos. Pero también se puede pensar en ese ansia permanente de Melero por la sangre nueva, por renovarse, por salir de su zona de confort, por exponerse, por querer seguir pesando tomatazos. Es algo que le respeto y celebro, y que demuestra también como entrevistado. Pero que, atención, no valdría nada sin las canciones. Me recuesto en su cama de amapolas/ me acaricia y me perdona, canta Melero, y nos calma hasta que se termine el día, hasta que llegue el fin de semana. Suena ahí, en el Lado A del no-programa, cretinamente después de Otis Spann y antes del mejor Bonnie “Prince” Billy. Y también lo hace acá nomás, apenas a un click de distancia.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Música Cretina 2014 #17

ESTO NO ES UN PROGRAMA

3-11-2014

Lado A

“No quisiera quererte/ pero cuanto te quiero”

1.- L. C. Cooke, Put me down easy
2.- Andrés Calamaro, Me pierdo
3.- Mutual Benefit, Golden wake
4.- Otis Spann, I’m a dues payin’ man
5.- Daniel Melero, La sed
6.- Bonnie ‘Prince’ Billy, Let me love you
7.- Martes Menta, Atrapar tu sol

Lado B

“Estaba pensando en nosotros/ pensando en nada”

8.- Peter Mulvey, Lies you forgot you told
9.- Eté & Los Problems, Jordan
10.- Leonard Cohen, Nevermind
11.- Lee Fields & The Expressions, Magnolia
12.- Lichis, Salir a asustar
13.- Ken Stringfellow, Reveal love
14.- Las Diferencias, Por qué he llegado aquí

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Lichis, "Salir a asustar"


Dimos varias vueltas al sol/ fue lo mejor que habían visto en años

El tipo se llama Miguel Angel Hernando Trillo, pero en España lo conocen por Lichis. Y vaya que lo conocen. Al frente de un grupo bautizado como La Cabra Mecánica se convirtió en uno de los héroes de la canción de por allá, dentro de una especie de tercera posición, lejos del indie pero también lejos de los figurones de la industria. De hecho, creo recordar que la primera vez que escuché hablar de La Cabra fue como si fuesen algo así como el rock chabón de allá, dicho esto sin nada de lo despectivo y con todo lo heroico de la referencia. Pero fue Diego Manrique el que realmente me puso sobre la pista cuando me acercó Hotel Lichis (2005), el último disco de estudio del grupo, donde ya despuntaba su líder como una figura aparte. Sin embargo, hubo que esperar un buen rato antes que el Lichis se largase por su camino. Pero finalmente llegó. El flamante Modo avión es su debut como solista, y este hermoso Salir a asustar es una cretinada digna de esta soleada pero fresquita mañana de miércoles, alivio regalado por una noche de lluvia. Amigo estoy de vuelta en la ciudad/ y quiero brindar conmigo/ ahora que ya no salimos/ salimos a asustar. Un tema que suena ahí, casi al final del Lado B, antes del amigo Ken Stringfellow, desde el último Música Cretina, el del regreso, al que –a las pruebas me remito-- aún le quedan varios tesoros para compartir. 

martes, 11 de noviembre de 2014

Ken Stringfellow, "Reveal love"


Te deseaba/ en realidad aún te deseo/ pero estás tan lejos/ a menos que juegue con las reglas que vos querés jugar

Una de las joyitas del último Música Cretina es esta maravilla del amigo Ken Stringfellow, uno de los integrantes de Posies, pero también conocido por haber tocado con REM, The Minus 5 y, especialmente, la última encarnación de Big Star. Cuando Ken tocó en Niceto, invitado al cumpleaños de los Super Ratones, no sólo la rompió en el escenario, sino que hizo lo que, según parece, hace siempre: esperar al público en la puerta con su guitarra acústica, tocando su particular una-que-sepamos-todos, que en su caso son temas de Alex Chilton, Paul Westerberg y así. Un capo. Hicimos una larga entrevista antes del show, en la que recorrimos toda su carrera, que nunca se publicó. Debería desgrabarla y escribirla de una vez. La mejor excusa que tengo es la flamante edición de una compilación que recorre toda su carrera, con versiones raras, lados b y demás. El título le hace honor: I never said I’d make it easy. Nunca dije que lo haría fácil, o sea. De aquella larga entrevista, lo que más recuerdo es que hablamos de Alex Chilton, y que Alex aún estaba vivo. De hecho, me dijo que estaba mejor que nunca, y que estaba tocando. Que él estaba haciéndole de manager. “Conseguime una nota”, le dije. “Eso nunca va a suceder”, me dijo entre carcajadas. Le dije que tenía que traerlo a la Argentina, y me dijo que por qué no. Creo que por esas buenas noticias de Chilton fue que ese verano, cuando me enteré de su muerte, se me hizo tan triste la noticia. Hay tanto dolor/ Dolor detrás de nosotros, dolor alrededor de nosotros, dolor a través nuestro. Este hermoso tema de amor perdido, Reveal love, fue originalmente editado en su disco Touched (2001), pero a la luz de esta versión más madura y producida, entonces Ken estaba demasiado apurado. De eso habla el tema, después de todo. Así suena, en esta mañana, casi al final del Lado B del último no programa. Pasen y escuchen. Feliz martes cretino para todxs. 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Leonard Cohen, "Nevermind"


No me atraparon/ aunque muchos lo intentaron/ vivo entre ustedes/ bien disfrazado

Lunes al mediodía, la temperatura que sube, y lo peor del inminente verano laboral se va haciendo presente. Así que un poco de Musica Cretina se hace indispensable. Y no hay cretino mayor que Leonard Cohen, que acaba de editar disco nuevo. El venerable poeta y cantautor, que regresó a la música desde el monasterio porque su agente le limpió la cuenta de banco haciéndonos un involuntario favor al ponerlo otra vez en la ruta, se va poniendo lentamente en forma, y Popular problems –Problemas populares, o sea—es un discazo, mucho mejor que el anterior, el del regreso. Despojado y blusero, también tiene coqueteos con la electrónica más gélida, como este largo tema de versos cortos, la saga de un trágico sobreviviente, la historia que Leonard mejor sabe contar. La historia se cuenta/ con hechos y mentiras/ tuve un nombre/ pero eso no importa, susurra Cohen con un impiadoso pero despojado ritmo electrónico detrás, que se empasta muy bien al sol, agobiante pero al mismo tiempo protector. “Tal vez al próximo disco debería ponerle Soluciones impopulares”, bromeó hace poco, en las notas de promoción de este regreso en forma. Leonard editó el disco en su cumpleaños número 80, el pasado 21 de septiembre. El día de la primavera es también el día del cumpleaños de Leonard Cohen. Vaya ese guiño para los que lo consideran un tipo oscuro. Abril es el mes mas cruel, escribió Elliott en su Tierra baldía. Y no lo dijo por los grises otoñales que dicho mes engendra en este hemisferio, ya para el buen Thomas Sterns era sinónimo de la estación que “mezcla memoria y deseo, insensibles raíces con lluvias primaverales”. Septiembre, entonces, debería ser para nosotros el mes más cruel. Y Leonard es el que mejor sabe por qué. Dejémoslo que suene en este mediodía aún primaveral, aunque el sol se empeñe en desdecirnos. Dejemos que suene bien cretino, engalanando en el Lado B de un nuevo no-programa, amén.  

sábado, 8 de noviembre de 2014

Mutual Benefit, "Golden wake"


Y en el agua pude ver/ una parte de lo que rompiste en mi

Sábado de sol, mediodía de verano. A la sombra, con el pelo y la ropa hamacados por el viento, es como mejor se disfruta esta hermosura de Mutual Benefit, una de las revelaciones musicales del año pasado, un grupo que en realidad es simplemente Jordan Lee con una ayudita de sus amigos. Fundador de algo llamado el Kassette Club, y después de publicar –justamente-- un par de cassettes y simples online, Jordan se decidió a pasar un tiempo viviendo en Ohio, Austin, Boston y Brooklyn, para dedicarse a grabar con sus amigos músicos en cada ciudad las canciones de su álbum debut, Love’s Crushing Diamond, que primero sólo se consiguió online y luego terminó teniendo su edición tradicional. Como me sucedió hace algunos años con Zach Condon y su banda Beirut –que, oh sorpresa, estarán tocando en Buenos Aires dentro de un par de semanas—descubrí a Mutual Benefit husmeando entre los desconocidos que asoman en las listas con lo mejor que cada fin de año publican los medios especializados internacionales, un cartoneo cultural en el que me embarco con gusto para la producción de los otros discos del año que comparto desde hace varias temporadas en Radar. Así fue como quedé prendado de este Golden Wake, la joya en la coronita de Mutual Benefit, que finalmente encontró su lugar en el Lado A del Música Cretina de esta semana, justo después de el hermano de Sam Cooke y una honestidad brutal de Andrés Calamaro, acá cerquita, a un play de distancia.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Andrés Calamaro, "Me pierdo"


No quiero olvidarte/ pero pasa el tiempo

Si, hay un nuevo Música Cretina. Después de casi dos meses, de regreso. Y no podía faltar un tema de Honestidad Brutal. Un álbum al que también siempre se vuelve, y del que nunca se sale con las manos vacías. Este es un hermoso tema perdido en el primer disco, que acusa letra de Calamaro junto al Bebe Contepomi. Fue el Bebe el que me dijo, cuando Andrés nunca terminaba de grabar el sucesor de Alta Suciedad, que había que caer con alguna letra, que como no paraba de grabar, en algún momento de la noche te pedía alguna. Así que cuando el yugo periodístico me llevó hasta Madrid, aproveché para caer una noche por aquel cuarto piso de la Calle del Pez, convenientemente provisto de un papelito con algunos versos que consideré calamarescos. Si mal no recuerdo, aquel viaje fue para ir a entrevistar a Manolo García, y el Bebe formaba parte de la delegación periodística. Ambos escapamos de Las Ventas cuando terminó el show, sin ir a saludar a nuestro anfitrión al camarín, lo que motivó que el recontrabotón de Manolo elevase sus quejas a la discográfica. Pero eso es otra historia. La cuestión es que, algunas noches más tarde, subí aquellos cuatro pisos de trasnoche para encontrarme con Gringui Herrera y Andrés en un hogar en penumbras, con el pequeño estudio que era como el corazón del departamento en plena actividad. Había pasado unos días antes en horario diurno, y Andrés me había hecho escuchar unos temas que había grabado con Andy Chango, uno de los cuales se me quedó en la cabeza durante varios años, y eso que nunca lo volví a escuchar y jamás fue grabado. Se llamaba De pipas por ti, y para mí integra el mismo limbo de Graciela –un descarte de Honestidad--, los himnos pegadizos prohibidos, los mejores temas de Andrés que nunca nadie ha vuelto a escuchar. Aquella noche yo penaba de amor por una madrileña, pero cargaba con versos de corazón roto escritos para desencantos anteriores. Con la computadora encendida, Andrés revolvió mis infames papelitos garabateados con apenas una o dos líneas, y eligió una de ellas. Decía así: No quiero ser el estúpido que llama/ para acusarte a las tres de la mañana. Durante años había cargado ese verso, incapaz de continuarlo con frases que estuviesen a la altura, y Andrés aquella madrugada lo copió en una página en blanco computada, lo corrigió, y empezó a escribirle cosas antes y después, sin detenerse. Lo vería hacer esto en mil y una oportunidades después, ya en Deep Camboya, sobre cuadernos espiralados repletos de canciones escritas a toda velocidad en una letra imprenta enorme, lista para ser grabada apenas terminase de ser redactada. Gringui estaba sentado con su guitarra, al lado de la pequeña torre que sostenía la computadora. Me acomodé del otro lado, y con Andrés repasamos la letra, atreviéndome a proponer --de cararrota total-- alguna pequeña corrección. Andrés y Gringui se pusieron a grabar el tema durante el resto de la noche, y juro que ya no me acuerdo de mucho más. Recuerdo que, con la luz de la mañana filtrándose por las persianas, Andrés tocaba el hammond que estaba fuera del pequeño estudio, agregándole su sonido al tema, y yo disfrutaba como un marrano y le pedía que sonase más y más fuerte, imaginando que era un tema perdido de Blonde on blonde. Las idas y venidas de mis días madrileños con Calamaro durarían toda una semana, e incluyeron un viaje a las afueras de Valencia para verlo tocar con su grupo, y una entrevista publicada en Página/12 en la que Andrés aseguraba enigmáticamente que no quería adelantar el nombre de su próximo disco, pero que el sucesor de Alta Suciedad ya había sido grabado y se llamaba Blood on the tracks. Cuando finalmente apareció Honestidad brutal, mas o menos un año después de esta anécdota, recuerdo haber salido del edificio del rulero, que está en la 9 de Julio y Libertador, donde estaban en aquel entonces las oficinas de Warner, abriendo el plástico que recubría el disco mientras caminaba por la calle, buscando mi nombre en el librito interno. Ahí estaba Negrita, el tema que grabamos aquella noche, en el segundo de los dos discos. Pero yo apenas aparecía acreditado como uno de los músicos. Después de todo, era el tema más personal del disco, uno que creo que Andrés jamás tocó en vivo, y era injusto que luciera algo más que su firma. Pero durante años nos divirtió el hecho que la frase del llamado de madrugada, que muchos podían asociar a su polémica de aquellos años con Charly García y sus llamados telefónicos extemporáneos, la hubiese escrito yo y no él, y refiriéndome a pecados personales y nunca ajenos. La firma de Contepomi, en cambio, ahí estaba y sigue estando, acompañando a este Me pierdo, perlita en la que estuve atrapado todo este tiempo y recién ahora salgo y me asomo a este jueves cretino de hermoso sol de mediodía, cuando el mundo parece todo entero y no hecho de partes, y el presente es un licor para beberse de un trago. Como el Música Cretina que está acá, listo para ser escuchado sin prisa y sin pausa, a un play de distancia.   

miércoles, 5 de noviembre de 2014

L. C. Cooke, "Put me down easy"


Si encontraste alguien nuevo/ no hay nada que pueda hacer/ pero te pido/ tratá de hacer lo mismo/ que hacen los pilotos con los grandes aviones/ aterrizame suavemente

Luego de casi dos meses de ausencia, así empieza el nuevo Música Cretina, con esta extraordinaria canción de Sam Cooke, en la versión de su olvidado hermano menor, conocido más que nada por sus iniciales, L. C. La historia cuenta que, entre 1960 y 1964, L. C. Cooke grabó varios simples para el sello de Sam, que lo produjo e incluso compuso varios de los temas. La idea era terminar en un disco propiamente dicho, pero el plan quedó trunco con la muerte de Sam, tres días antes del cumpleaños de L.C. Y ahí pareciera haber terminado la historia: el sello cerró y las canciones de L. C. nunca llegaron al larga duración... hasta ahora. Porque a sus 81 años, L. C. Cooke ha dado un par de entrevistas contando la historia para la salida del rescatado The complete SAR recordings, un CD que recupera aquellos simples y también los demos perdidos con el cierre del sello de Cooke. Put me down easy es el punto más alto del disco, y siempre fue el tema más conocido de L. C. Una canción en la que el cantante le dice a la chica que está todo bien si ya no lo quiere, pero que por favor no lo haga sufrir de mas, que lo deje suavemente.