Tres veces tres le preguntan hoy por Cristina Fernández de
Kirchner a Andrés Calamaro en un reportaje publicado en la contratapa del
diario El País de España. Es uno de esos reportajes presuntamente ocurrentes,
espontáneos y graciosos, de –justamente- contratapa. Supongo que a la gente de
El País le parecerá ocurrente, espontáneo y gracioso preguntarle a Andrés por
Cristina. Si son muy puntillosos los de El País a la hora de reclamarle a sus
columnistas que incluyan ciertos datos cuando escriben de Argentina –lo sé de
(casi) primera mano—no me quiero ni imaginar cómo serán con sus periodistas de
la redacción. Pero tal vez estoy viendo fantasmas donde no hay. Tal vez tanto
bla bla hizo bien su trabajo, y todos piensan así solos, sin que nadie ya les
diga qué pensar. La cuestión es que en este reportaje –que aún no está
online—las tres preguntas sobre Cristina tienen pequeñas variaciones. Esta es
la que abre el cuestionario: “Si tuviera que escribir una canción a Cristina
Fernández, ¿cómo empezaría?”. Respuesta uno de Andrés: “Todas las canciones
empiezan por principios. Es como empezar a construir una casa por el techo”. La
que cierra el cuestionario tiene una variante –digamos-- conceptual: “Si
tuviera que escribir una canción a Cristina Fernández, ¿cómo terminaría?”
Respuesta tres de Andrés: “El año que viene, respetuosos de la armonía
democrática”. Pero la que aquí nos ocupa es la respuesta dos. Entre el comienzo
y el final, la pregunta del medio consulta al Salmón por el estribillo de esa
canción, si tuviera que escribirla. Y esta es su respuesta: “Idéntico al
Christine de Garland Jeffreys. Sin necesidad de traducir la letra, después de
todo no todos hablamos inglés, fluido”. Nada mejor, entonces, que compartir el
estribillo de esa canción que –según le cuenta a El País-- Calamaro le
escribiría a Cristina. Se trata de un hermoso reggae, tema 2 del lado A del disco Escape artist (1981), que repite en su estribillo, simplemente, Christine.
Nada que traducir, realmente. Su autor es un amigo de Lou Reed, un músico al que
supieron escuchar muy bien ciertos músicos melómanos porteños durante los
ochenta. Y es una canción que habla de una chica que le roba el corazón a quien
canta, una chica que es de verdad, dice, que lo hace sentir como un hombre.
Hasta que se da cuenta que ella tiene otro amor en París. ¿Nada que traducir?
Vaya uno a saber si Calamaro incluirá algún mensaje en clave para los muchachos
de El País, o cada respuesta fue sólo una elegante forma de sacárselos de
encima. Por lo pronto, en este dominguero sol invernal, nada mejor que escuchar
al amigo Garland, que anuncia al presentar el tema: Esta canción es para vos,
Christine.
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