domingo, 8 de julio de 2012

Ike Turner, "Walking down the aisle"



Caminando por el pasillo, nena/ cargando todos tus libros

Una versión diferente de este mismo tema es el que abre el Musica Cretina de este fin de semana, mas cruda, proveniente de una compilación que salio hace poco, con las grabaciones del periodo 63-65 del hombre que le dio el apellido --y muchas otras cosas-- a la inmortal Tina, y de paso inventó el rock'n'roll. O eso aseguran los que saben de esto. Escribí de Ike cuando aún estaba vivo, en una notita de una página que salió en Radar. Con demasiadas declaraciones, debo confesar, levantadas de una nota de la efímera revista norteamericana Gear. Eran tiempos pre internet, recuerden. Se optimizaban todos los recursos. Por suerte releo el archivo y veo que mencioné el original,. como corresponde. Chapeau para esa versión más joven de mí mismo. Busqué mi nota y no la encontré, en esa época precambrica solo subian online las notas importantes del suplemento, y claramente esta no lo era. Pero le tengo cariño. Por eso, aquí abajo la recupero para la web.
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EL REY DEL RITMO, por Martín Pérez


Según el fundamental libro Deep Blues, obra del periodista norteamericano Robert Palmer, todo sucedió una tarde de marzo de 1951. La ruta era la 61, y el sedán iba camino a Memphis. Llevaba a siete adolescentes negros, y el portaequipajes repleto de instrumentos musicales, incluyendo un amplificador de guitarra. Cuando una patrulla encendió la sirena y salió a la ruta detrás del sedán en flagrante infracción, al conductor le costó algo de trabajo estacionarse al costado del camino. Entre el susto y la frenada, algo de su carga musical hizo ruido sobre el asfalto. Especialmente el amplificador.
Cuenta la leyenda que el primer simple de rock’n’roll fue Rocket 88, acreditado a un tal Jackie Brenston y editado por Chess Records. Número uno en los rankings de rhythm & blues durante diecinueve semanas, la razón principal por la cual Rocket 88 es considerado el primer rock es por el sonido de la guitarra, sobreamplificada y distorsionada. Versionado por el mismísimo Bill Haley, la versión original de Rocket 88 fue en realidad grabada por un septeto llamado The Rhythm Kings. Y la razón por la cual la guitarra suena tan cruda en esa grabación es porque el amplificador con el que se grabó el tema --el del guitarrista Willy Kizart-- se rompió al caer sobre el asfalto de la ruta 61 aquella tarde de marzo del 51. Si el tema fue acreditado a Brenston es porque era el saxofonista y ocasional vocalista del grupo, pero el verdadero líder de The Rhythm Kings era Izear Luster Turner Jr. --por entonces pianista--, más conocido en su natal pueblo de Clarksdale como Ike Turner.
Junto al legendario Sam Philips, dueño del estudio en el que un par de años después Elvis Presley comenzaría su carrera, Turner fue el responsable de que Rocket 88 sonase de la manera en que sonaba. Y esa es la razón por la cual en el Salón de la Fama del Rock de Cleveland no se venera a Elvis Presley, ni a Chuck Berry ni a Buddy Holly o a Jerry Lee Lewis como el fundador del rock‘n’roll, sino que ese honor recae sobre Ike. “¡Qué pianista que era Ike! La gente no sabe que él fue el primer pianista en tocar parado. Podía destruir un piano y volverlo a armar en la misma canción”, declaró el mismísimo Sam Philips en Deep Blues. “Cuando la gente habla del rock’n’roll, hablan de Chuck Berry. Hablan de Fats Domino. Hablan de Little Richard. Pero dejan lo más importante de lado. No se trata de Little Richard, no fue Chuck, no fue Fats Domino. Nosotros vinimos después. Antes de todos esos nombres, Ike Turner estaba haciendo lo suyo. El es el verdadero innovador”, le confesó el propio Little Richard a Nigel Cawthorne, el periodista que co-escribió el flamante libro de memorias de Ike Turner, titulado Takin’ back my name. Es decir: recuperando mi nombre.

LA PELICULA Al decir del periodista Aaron Hicklin, la risa de Ike Turner suena como el cacarear de un gallo. Y como tal se pavonea, aún hoy, el ex-marido de Tina Turner al recorrer su vida. En los pocas entrevistas que Ike ha concretado desde la edición de su libro, el creador del rock’n’roll se muestra como un hombre quebrado por una fama que --según se queja-- no le pertenece y por la forma en que, al mismo tiempo, no se le reconocen sus verdaderos méritos. Con 68 años, y casado en decimotercer nupcias con una rubia llamada Jeanette que tiene la mitad de su edad, Ike no niega lo que ha hecho con su vida. En sus memorias cuenta con lujo de detalles, a partir de su iniciación sexual a los seis años, toda una vida de sexo, drogas y rock’n’roll.
“Me perdía detrás de cualquier chica con cintura pequeña y un gran culo”, cuenta. También confiesa tener un temperamento violento, y haber llegado a golpear a Tina durante las peleas que tenían como pareja. “Hice cosas de las que me arrepiento, pero no puedo deshacerlas ahora”, dice Ike, que de todos sus actos pasados tal vez del que más se arrepienta sea del momento en que aceptó cobrar 45 mil dólares por permitir que un actor lo interpretase en la película de Disney “¿Qué tiene que ver el amor con esto?”, basada en las memorias de su ex-mujer Tina. “El bastardo de mi abogado sabía que no estaba en un estado mental apropiado como para firmar eso”, explica Ike, que dos años más tarde cumplió tres años de prisión por posesión de cocaína. De hecho, cuando su nombre fue aceptado por el Salón de la Fama del Rock junto al de Tina, Ike no pudo asistir a la ceremonia ya que cumplía su condena.
“Esa película terminó con mi carrera”, suele quejarse Ike, cuya presencia en los bares de ruta --tal como cuenta Hicklin en la entrevista que realizó para la revista norteamericana Gear-- suele ser celebrada por hombres rudos con todo el aspecto de golpear a sus mujeres. “Muchos tipos piensan que soy la persona que cuenta la película”, le explicó Ike a Hicklin. “Piensan que así es como un hombre debe ser, me miran y levantan sus pulgares hacia arriba. Ike, el hombre, me dicen, pero ese no soy yo”. “Ese no es el hombre que quisieras ser”, apuntó Hicklin. “Ese no es el Ike que soy”, concluyó Turner.

LA VIDA REAL En el film de Disney, del que incluso Tina Turner se distanció rápidamente, Ike aparece golpeando a su mujer. Pero también pagándole a la madre de Tina para poder casarse con ella, obligándola a trabajar horas después de haber dado a luz un bebé e incluso violándola. Todo mentira, según Ike. “La gente que mira esa película, termina pensando que yo fui un canalla que vivió de prestado del talento de Tina. Y no fue así. Cada palabra que salía de su boca, yo le decía cómo tenía que decirla. Todas las ropas que vistió, yo las escogí. Cada paso que daba sobre el escenario yo lo coreografíaba. Y la gente no sabe eso. Todo porque a mí nunca me atrajo el glamour de estar en el centro de la escena”, cuenta Turner, que hoy en día rara vez toca en los Estados Unidos, pero su nuevo Ike Turner Review --con su actual esposa Jeanette al frente-- suele salir de gira por Europa, centroamérica o Japón. Así se gana la vida Ike, al tiempo que de vez en cuando recolecta aquí y allá de sus derechos de autor.
Cuando salió de la cárcel en 1993, por ejemplo, le salvó la vida un cheque por 750 mil dólares por los derechos de autor de un tema que samplearon las Salt’n’Peppa. “Dios ha sido bueno conmigo”, le declaró Ike a Gear. “Un tipo me ha regalado un merecedes nuevo por producirle un álbum, y lo siguiente que me entero es que otro pequeño niño blanco llamado Johnny Lang ha grabado un tema mío. Así que de vez en cuando comienzan a llegarme cheques por treinta y cuarenta mil dólares”, cuenta Ike, que se suele quejar de la ironía que sea un blanquito el que grabe sus viejos temas. “Los chicos negros de hoy en día no saben nada de rhythm &blues. Y cuando había rhythm & blues, los negros no se enteraron del blues hasta que las bandas inglesas lo trajeron de vuelta. Antes de eso, B. B. King ni siquiera podía hacer que lo arrestasen, y de pronto se hizo famoso sin saber cómo. Fue por el éxito de los Stones y de Eric Clapton, todos esos músicos ingleses que tocaban blues. Ahora, para las nuevas generaciones el blues es un insulto. Mientras que yo tomo al rap como un insulto”. 
En su mítico libro Awopbopaloobop Alopbamboom, el periodista inglés Nik Cohn --que presenció un show de Ike y Tina en la época que ambos giraban con los Stones-- describe a Turner como el tipo que toca la guitarra detrás de su mujer y “luce malvado, un hombre pequeñito con barba candado y cínicos ojos tristes”. Escribió Cohn: “Parece un elegante mago negro, tan siniestro y calmo, y Tina es como su hechizo, su sirviente poseída por los espíritus”. Décadas después de ese comentario, Ike tal vez siga mereciendo ser ser recordado como ese hombrecillo pequeño y malvado, hoy entrado en años --“El promedio de vida de un negro en los Estados Unidos es de 66 años. Yo tengo dos años más. Estoy viviendo de prestado”, dice Ike--, pero al que hay que reconocerle sus errores y sus méritos. Vaya uno a saber de qué lado se puede anotar el hecho de haber inventado el rock’n’roll.

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