domingo, 10 de junio de 2012

The Magnetic Fields, "All the umbrellas in London"


Todo podría estar bien si logro atravesar esta noche/ Se transformará en una buena canción, o en alguna otra cosa

Para mi cumpleaños número treinta, decidí que tenía que conocer Nueva York. Me acompañaron dos amigazos de entonces, que influyeron en esa decisión, en un viaje cuyo capitulo terrestre arrancó en Miami, donde nos esperaban con torta y velitas. Por eso no aceptamos una invitación realizada en el avión por Javier Calamaro (!), que nos quería llevar al DF, donde iba a presentar su disco dedicado a Chiapas. Luego de dos noches –una en Savannah y otra en Washington DC—llegamos con la lengua afuera, justo a tiempo para ir a ver el regreso de los Silver Apples, algo así como los Velvet de la electrónica punk. Una rareza exquisita, pero que apenas si disfruté por la poca energía que nos quedaba después de tanto viaje. En esa misma fecha, de la que participaba también Labradford (y casi nos duerme), vi por primera (y única) vez al que se convertiría en uno de mis grupos favoritos desde aquel viaje: The Magnetic Fields.
Tocaron acústicos, no con la escenografía de ese delicioso cocoliche electrónico de sus discos anteriores, y pese al paso del tiempo –y aquel terrible agotamiento-- aún recuerdo con cariño la mala onda de Merritt y la sorpresa de una pequeña formación con cuerdas y todo. Al volver me traje sus 69 Love Songs, y a partir de entonces los amé para siempre. Por eso salté de alegría al conocer el proyecto de los Campos Magnéticos, y me entusiasmé aún más cuando constaté en vivo que la magia estaba ahí, que sonaban como si lo hicieran en mi cabeza. Recuerdo aquel segundo concierto del grupo en la vereda frente a una diminuta galería de arte barrial, sin ninguna amplificación, y encima con una murga ensayando en un parque cercano. Era la primera vez que los veía en vivo (para el debut en Ultra llegué tarde, porque esa misma noche tocaba Rickie Lee Jones) y me dije: esto va a funcionar. Poco después hicimos la nota presentación en Radar, y el resto es historia. Pero desde entonces que le ando pidiendo a Rubin una traducción, la de mi tema preferido de Merritt, del disco anterior a las 69 canciones, Get lost. No me responde con el título del disco (je), sino que ya la tiene hecha, y hasta la cantó un par de veces y todo. Pero aún no está grabada. Mientras tanto, para matizar la espera, este Todos los paraguas de Londres bien magnético suena en el Musica Cretina de este fin de semana. Y muy bien acompañada. Como buenos cretinos que somos.

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